01.04.10 | 2do Informe de Investigación

Obama y la situación sanitaria argentina
Dr. Constantino Touloupas*

Mientras el Presidente Barack Obama verifica que la pretendida reforma del sistema de salud en los Estados Unidos, seguirá siendo una propuesta obligada del Partido Demócrata, en tiempos electorales, para convocar a una masa de 50 millones de electores sin cobertura, más que una concreción real de cambio político y de paradigma en el conflicto de intereses en juego, la situación sanitaria Argentina presenta un escenario de extrema gravedad atravesado por algunos denominadores comunes, una vez más, con la situación de la salud pública (norte) americana.

¿Cuáles son esos denominadores comunes?
El incumplimiento explícito y/o el propio retiro por decisión política del ESTADO (nacional, provincial y municipal) en su rol rector en materia de SALUD PÚBLICA y fiscalizador de la indispensable regulación de competencias, incumbencias y desempeño de los actores sanitarios y promotor del acceso oportuno, justo, igualitario y equitativo de los ciudadanos al sistema, basado en necesidades sanitarias reales independientemente del modelo de financiamiento y de atención vigente.

La inédita e inusitada preeminencia de los intereses del mercado, y muy especialmente la imposición lisa y llana de políticas de gestión y administración de los fondos públicos y de la seguridad social puestos al servicio de la oferta subsidiando sobreprecios, en lugar de regular sanitariamente la demanda, la utilidad objetiva y el precio de la tecnología, el valor del producto sanitario alcanzado y establecer una apropiada remuneración del recurso humano en función de metas y desempeño.

Un escenario de manifiesta naturalización de prácticas ilegales e ilegítimas mediante la instalación de incentivos económicos destinados a profesionales y gestores, gerentes e intermediarios, que pagamos los ciudadanos mediante impuestos y aportes a la seguridad social y “administran” los productores de tecnología – ninguno más relevante y pesado que la Industria Farmacéutica, que ocupa en Argentina posiciones estratégicas vedadas por ley en obras sociales “gobernadas” por funcionarios y estructuras del propio Estado.

Resulta ocioso para el sentido de la nota, describir la situación sanitaria en el país en términos de inequidad, imprevisión, desidia y falta de planificación, (des) organización sanitaria, ineficiencia, y superposición de intereses antagónicos de numerosos actores y sobre todo el “cansancio” ético y la falta de motivación que este escenario le imprime a los trabajadores de la salud y muy especialmente a aquellos que mantienen vocación y convicción.

Ahora bien, resulta ineludible tomar una “polaroid” del estado del sistema de salud en Argentina, y me parece que observar al Ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires dirigirse a los medios para “pedir el listado de droguerías”, que él debiera conocer, conformar, controlar y fiscalizar en el territorio a su cargo, mientras solicita a la corporación farmacéutica “gente idónea para resolver el problema”, es un excelente botón de muestra (profesional).

La representación explícita de los intereses privados y corporativos que debe enfrentar la reforma sanitaria que impulsa (impulsaba ¿?) Obama en la Cámara de Representantes norteamericana, en la FDA, en las Sociedades Científicas, en las aseguradoras –HMO Health– y muy especialmente las denominadas “big PHARMAs” o “farmacéuticas”, no es distinta a la que debemos enfrentar en Argentina, aquellos que pretendemos modificar la realidad.

Suponer que el Congreso de la Nación Argentina y muy especialmente su Comisión de Salud, el PAMI, el IOMA, la SSSALUD, la APE, el ANMAT, el Ministerio de Salud de la Nación, la Secretaria de Salud de la Ciudad y como vimos el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, la mayoría de las Sociedades Científicas, numerosas Cátedras de la Universidad Pública y obviamente la medicina prepaga, no representan el predominio de dichos intereses, nos llevaría a pensar que estamos mirando demasiado la CNN.

¡Ah, me olvidaba! en Argentina no necesitamos inventar la OPCIÓN PÚBLICA, ni convencer “al sistema” de la importancia de contar con REGULACIONES que afecten la “rentabilidad corporativa”, con empezar a decirle que NO al cohecho, cumplir la legislación vigente y reclamar y promover responsables con otra ética e idoneidad, para empezar alcanza.

*Médico. Especialista en Farmacología Clínica

Revista IEPS

4to Informe de Investigación


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